¿Cuándo usar un prototipo o un producto mínimo viable en un proyecto de innovación?
Los equipos de innovación y startups han de moverse con rapidez entre el espacio de la oportunidad y el espacio de la solución, o del Thinking al Doing. En esta transición es habitual observar confusiones entre si usar un prototipo o un producto mínimo viable, ambas son herramientas muy potentes, validan aprendizaje, pero los objetivos que persiguen son diferentes.
¿Qué debo usar: prototipo o producto mínimo viable?
Para responder esta pregunta el equipo de innovación o startup debe tener claro en qué punto del proceso de innovación se encuentra el proyecto.
Prototipar o cómo validar el concepto y el encaje con la necesidad del usuario.
Si estás en el espacio de la exploración, buscando oportunidades para innovar y has seguido un proceso de Design Thinking, realizado investigación etnográfica, capturando “Behavioral Insights” y a continuación has realizado una sesión de ideación, y después de una sesión de convergencia y el equipo de innovación o startup ya tiene una idea de solución, entonces estás en el momento de materializar esa la idea, para aprender rápidamente con el feedback de tus usuarios. En este punto el equipo de innovación y startup tiene rápidamente que prototipar la idea, eso significa crear de forma rápida y burda un “artefacto” que permita al equipo:
· Aterrizar la idea en un concepto.
· Promover el diálogo en el equipo y refinar el concepto.
· Crear una visión compartida con el equipo del concepto que están creando.
· Verificar de forma rápida y temprana con los usuarios, que tanto los insights como la idea de solución, dan respuesta a las necesidades que hemos detectado de nuestros usuarios. Es decir, comprobar que el equipo no se han desviado, que están creando algo que es deseado por su grupo objetivo.
Por tanto el prototipo es una herramienta que nos permite de forma rápida y económica obtener aprendizaje validado de la deseabilidad de la idea. Sí conseguimos validar la idea, entonces tenemos un concepto de solución, que además nos indica las características que debe tener el producto mínimo viable, desde el enfoque de satisfacer una necesidad latente o no satisfecha de los usuarios.
¿Qué técnicas de prototipado podemos usar?
En cuanto a técnicas de prototipado, tenemos:
· Storyboard. Son viñetas en secuencia que explican cómo los usuarios descubren el producto o servicio, cómo lo usan y cómo se sienten después de usarlo.
· Role play. Es la escenificación de cómo opera un servicio, con los personajes que aportan la experiencia en el proceso.
· Maquetas. Representaciones de productos en diversos materiales, como plastilina, cartón, silicona, madera, etc. El clásico ejemplo son las maquetas de madera de los nuevos modelos de coches que se desea fabricar.
· Desktop Walkthrough. Técnica que trata de recrear y visualizar el escenario de un determinado servicio. Normalmente se usan figuras de LEGO, cartulinas, cartón, etc., con las que simular posibles problemas y plantear las soluciones y ajustes oportunos.
· Mock-ups. Se utilizan para describir una idea mediante una ilustración. Normalmente es una versión avanzada del dibujo. Suele emplearse para el diseño de webs y apps.
· Impresión en 3D. Hoy en día se pueden obtener prototipos fácilmente impresos en tres dimensiones, incluso se pueden obtener piezas totalmente funcionales a través de la impresión 3D.
Moviéndonos del espacio de la oportunidad al espacio de la solución.
Pero si el equipo de innovación o startup, ya ha testado su prototipo, y en varias y rápidas iteraciones con los usuarios ha podido afinar el concepto, es el momento de moverse del Design Thinking a Lean Startup.
El enfoque de Lean Startup, hace foco en la búsqueda de un modelo de negocio, que sea repetible y escalable. Este proceso nos ayuda a obtener un aprendizaje validado del modelo de negocio y la factibilidad tecnológica que permita escalar la solución.
La validación de un modelo de negocio implica que exista un mercado, un grupo de personas que estén dispuestas a comprar la solución, pero también, validar que existe un mercado lo suficientemente grande como para que valga la pena lanzar el producto-servicio. Esto es algo clave en el proceso de innovación, porque la creatividad se mueve en el espacio del Thinking y la innovación en el Doing, en el mundo real.
Producto mínimo viable o cómo validar el modelo de negocio y la escalabilidad de la solución
Para poder validar el modelo de negocio, la existencia de un mercado y su posibilidad de escalamiento, usamos el producto mínimo viable o MVP por sus siglas en inglés. El producto mínimo viable, no es una versión reducida de un producto, es un producto-servicio, con las características o funcionalidades mínimas, que aportan valor al segmento objetivo, para validar si ese grupo de usuarios estaría dispuesto a comprar nuestra solución.
Al movernos en el espacio de la solución, a diferencia del espacio de la oportunidad que se mueve en un terreno cualitativo, nos vamos a mover con el producto mínimo viable, en un terreno cuantitativo, dónde se observa el comportamiento de los usuarios, y se miden los resultados con métricas.
El producto mínimo viable es en el fondo es un conjunto de hipótesis de:
· Propuesta de valor (el valor que hemos creado)
· Modelo de negocio ( la forma que entregamos valor y capturamos valor del cliente)
· Mercado (el tamaño del valor que podríamos capturar)
Cada conjunto de hipótesis se denominan experimentos, y se construye el producto mínimo viable para validar o rechazar esas hipótesis. El aprendizaje validado que se obtiene de un experimento ayuda al equipo de innovación o startup a avanzar o pivotar la estrategia, esto se denomina el ciclo de retroalimentación “crear, medir, aprender” de Lean Startup.
El ciclo de retroalimentación debe ser rápido, el equipo de innovación o startup debe encontrar su modelo de negocio entes que se quede sin presupuesto o la caja de la startup se agote.
¿Qué clases de producto mínimo viable podemos usar?
En cuanto a clases de producto mínimo viable, tenemos:
· Landing Page. Usada principalmente para probar si tus potenciales clientes quieren pagar por lo que les ofreces.
· Prueba de Humo. El caso clásico de prueba de humo que es el de Dropbox que, con un vídeo de tres minutos donde se explicaba la funcionalidad prevista, consiguió un aumento de cinco mil a setenta y cinco mil personas en las inscripciones sin tener un producto real.
· Conserje. Este tipo de producto mínimo viable recibe ese nombre porque se basa en el esfuerzo manual para resolver el problema de un determinado cliente. El cliente suele ser consciente que está recibiendo un servicio personalizado, y su feedback es clave para comprender cómo aportar valor y como poder automatizar los procesos para escalar la solución.
· Mago de OZ. Es similar al “conserje”, pero en este caso el cliente no sabe que hay personas por detrás simulando la automatización de un sistema. El caso clásico es el del dueño de Zappos, quién habló con el propietario de una zapatería de su localidad, fotografió unos zapatos de su tienda y subió las fotografías a su web para venderlos. Cuando le realizaban un pedido, el fundador de Zappos iba a la zapatería donde realizaba las fotos y compraba los zapatos, los empaquetaba como si fueran suyos y los enviaba al cliente. Zappos fue comprada por Amazon en 2009 por 1,2 billones de dólares.
· Crowdfunding test. Utilizando plataformas de crowdfunding se puede probar el producto mínimo viable. El formato normalmente será un vídeo en donde ha de explicarse el funcionamiento de la solución. La intención con este tipo de experimentos es obtener de tus potenciales clientes el compromiso del micromecenazgo.
La creatividad se mueve en el espacio del Thinking y la innovación en el Doing, en el mundo real.
¿Quieres vivir una experiencia real de innovación?
Design Doing es una experiencia real de un proceso de innovación, que nace con el propósito de desarrollar la capacidad de innovación, potenciar la actitud emprendedora y entrenar el mindset de startup de los participantes, para crear productos y servicios disruptivos.
Tres son los principios que guían el programa de Design Doing:
- Trabajo en Equipo, con el mindset de una startup, la forma de trabajar de las organizaciones y startups más avanzadas.
- Método Lombard de Imagine Creativity Center, como proceso de innovación disruptiva creado y probado en más de 160 proyectos en Silicon Valley.
- Actitud emprendedora de búsqueda, experimentación e impulso para crear valor.
La siguiente edición será entre octubre y noviembre del 2019 en Barcelona. Plazas limitadas. Más información en: ImagineDesignDoing.com